El inicio de la Edad Moderna

¿Qué es la Edad Moderna?


Se conoce como Edad Moderna al tercero de los períodos históricos en que se suele dividir la historia de la humanidad, y que comprende los siglos entre el XV y el XVIII, es decir, entre la Edad Media o Medioevo y la Edad Contemporánea.

Suele entenderse la Edad Moderna como el fin del oscurantismo religioso que caracterizó al período anterior, y la búsqueda de recuperar el legado clásico de la Edad Antigua, especialmente la grecorromana. Por lo general se toma como inicio de esta nueva era a la caída de Constantinopla, capital del Imperio Romano de Oriente, bajo asedio del Imperio Otomano en el año de 1453; o bien la llegada de los primeros colonos españoles a América (el “descubrimiento”)  en 1492, evento que agrandaría radicalmente los límites del mundo conocido para la época.

En la Edad Moderna se produjo una revolución del pensamiento, especialmente en Europa occidental y sus regiones aledañas, que rompió con los paradigmas que cinco siglos de teocracia cristiana habían impuesto, apostando así por el ser humano como el centro de la creación, y por sus capacidades de raciocinio, de invención y de comprensión cabal del universo, como las nuevas fuerzas que moldearían la realidad de la especie.
Dicho en términos más simples, el orden religioso que dejaba todo en manos de Dios se fractura y la fe en la razón humana ocupa su lugar: el ser humano era ahora dueño de su propio destino.
Esto se manifestaría en el ascenso de la burguesía (los comerciantes) como nueva clase social predominante, en lugar de la vieja aristocracia medieval; y con ella la invención del capitalismo como nuevo sistema de orden socio-económico en remplazo del feudalismo, lo cual condujo a la derrota de las monarquías y el retorno de la república como régimen de gobierno. Una consecuencia notoria de ello fue la separación de Estado y Religión.
El fin de la Era Moderna suele ubicarse en las grandes Revoluciones que alteraron para siempre el orden monárquico, abriéndole paso a la República: la independencia de los Estados Unidos de América en 1776, preludio a la que tendría lugar en las colonias hispanoamericanas a principios del siglo XIX, o más aún la Revolución Francesa de 1789, en la que el pueblo llano se alzó en armas contra la monarquía absolutista y sus aliados del clero, cambiando para siempre el destino de dicha nación y ejerciendo una influencia política fundamental en el mundo entero.




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